Los recursos naturales, la clave de un mundo multipolar
La política exterior argentina
tiene que asumir que las relaciones de poder cambiaron y que hoy la
articulación de sus producciones es fundamental
Al entrar la guerra de Ucrania en
su veinteavo mes y al haberse realizado el mayor ataque terrorista sobre el
Estado de Israel desde su inicio en 1948, cabe analizar si estos hechos han
modificado el escenario internacional: ¿se está gestando un mundo bipolar o uno
multipolar? La idea de que Estados Unidos y China están abocados en un
conflicto por la hegemonía global que se desarrolla en el campo espacial,
tecnológico, comercial y militar es dominante en el terreno político y
económico. Que este conflicto puede derivar en una guerra entre ambas potencias
que se transforme en una tercera guerra mundial es contemplado en medios
diplomáticos y académicos como una riesgosa tendencia. La idea de un mundo
ordenado por una nueva Guerra Fría está también planteada, pero está perdiendo
vigencia.
"En los hechos se
va gestando un mundo multipolar. Los conflictos de Ucrania y Gaza lo confirman"
Pero los veinte meses transcurridos desde la
invasión rusa a Ucrania quizás estén mostrando lo contrario: que el
mundo evoluciona hacia una situación de poder donde no hay dos únicas potencias
dominantes y en pugna. La misma existencia de este conflicto muestra que el
mundo se encamina a un poder más multipolar que bipolar.
Tras la disolución de la Unión Soviética, dominó la
idea de que había quedado una sola potencia global, a la que politólogos
franceses denominaban “hiperpotencia”. En la década siguiente, a comienzos del
siglo XXI, la irrupción del terrorismo islámico modificó un tanto esta
percepción. Esa amenaza operó sobre Estados Unidos, China, Rusia, Europa y los
gobiernos del mundo emergente. Washington debió recurrir a alianzas para alcanzar
sus objetivos. En la segunda década de este siglo surgió Rusia como
potencia militar que amenazaba en el corto plazo la estabilidad europea.
Quedaba así Moscú como una amenaza inmediata y Pekín como un desafío hacia el
futuro. Ahora, el ataque de Hamas muestra un conflicto fuera del control de las
dos potencias que pugnan por ser globales.
En los hechos se va gestando un mundo multipolar. Los conflictos de Ucrania y Gaza lo confirman. Respecto al primero,
hay países que apoyan el esfuerzo militar de Kiev, otros el de Moscú y una
mayoría de naciones que se mantiene neutral, y en general cuestionan el
avasallamiento de la soberanía del país atacado, pero no se suman a las
sanciones económicas. Las dos potencias globales asumidas previamente al
conflicto coexisten con una potencia regional, que es Rusia –más allá de sus
esfuerzos por mantener poder militar global–, y surgen otras nuevas como
Turquía en el Cercano Oriente, Arabia Saudita en las monarquías del Golfo,
Japón como aliado militar de Estados Unidos en Asia, Nigeria y Sudáfrica en el
continente africano. También la India, que emerge como una tercera potencia
global en la próxima década, siendo ya la primera población del mundo, el
electorado más grande, el quinto PBI, el tercer gasto militar y el cuarto país
en llegar a la Luna.
La ofensiva de Hamas desde la Franja de Gaza
muestra que ninguna de las dos potencias globales ha jugado un papel en la
gestación del ataque y que no están en capacidad de contener y evitar una
escalada, aunque actúen en conjunto.
Esta situación ha profundizado y potenciado
conflictos preexistentes. Un ejemplo de ello es Rusia, que ve debilitado su
control sobre las exrepúblicas soviéticas. Moscú ha debido dejar para
otro momento su proyecto de reconstituir la Unión Soviética, dibujada sobre
el mapa del imperio zarista. Controlar Ucrania total o parcialmente ha
fracasado, aunque el conflicto se prolongará. Azerbaiyán actúa con
independencia de Moscú, y Armenia, que era aliado militar de Rusia, ha tomado
distancia de ella y se acerca a Occidente. En los cinco países de Asia Central
(Kazajstán, Kirguistán, Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán) la influencia
rusa va siendo sustituida por la de China. Ahora es el terrorismo de Hamas
desde la Franja de Gaza.
Pero en otras partes del mundo también
recrudecen conflictos en los cuales diversas potencias regionales juegan roles
relevantes. Un ejemplo muy claro es África, y en particular la situación
que se da en la región del Sahel, en la que Francia es potencia regional por
sus nexos con sus excolonias. Rusia, saliendo de su área de influencia
inmediata y utilizando como herramienta sus mercenarios, que continúan operando
pese a la desaparición de Yevgeni Prigozhin, en un año y medio ha desplazado la
presencia militar francesa en Mali, Burkina Faso y Níger. En cuanto al
conflicto libio, este recrudece con influencias simultáneas y contradictorias
de Rusia, Turquía, Egipto y Francia. En Sudán del Sur se ha desatado una guerra
civil de baja intensidad, donde también aparecen mercenarios rusos pugnando con
empresas occidentales, y no son los únicos conflictos de este tipo, donde se
juega el control de la explotación de los recursos naturales. En Asia, las
tensiones en el Mar Oriental de China, que involucran también a Japón, Taiwán y
las dos Coreas, escalan con los ejercicios militares como herramienta
diplomática por ambas partes. En el Mar del Sur de China, la potencia asiática
está en conflicto por la soberanía de sus aguas con Vietnam, Filipinas y otros
países. En ambos conflictos, Estados Unidos se enfrenta con China por el
dominio del amplio espacio conocido como el Indopacífico, que llega hasta
Oceanía, donde Australia es un aliado firme de Estados Unidos. En el mundo
árabe, Arabia Saudita, Irán y Egipto, las potencias regionales más importantes
en lo que hace al conflicto de Gaza, tendrán un rol importante frente al mismo.
Este es el escenario mundial en el cual la
Argentina deberá enfocar su política exterior. Pero hay cuestiones específicas
que deben integrar la agenda.
"Sobre la frontera
oeste de la Argentina, en Neuquén se encuentra el yacimiento de Vaca Muerta,
que hoy ocupa un lugar central para el futuro del país"
La primera es la de los recursos naturales, que se
consideran clave para el futuro del país. Hoy aparecen dos situaciones
nuevas: el petróleo frente a las costas de Mar del Plata y la minería en Sierra
de la Ventana. Siguiendo hacia el sur, el petróleo en Comodoro Rivadavia,
donde se inició su explotación. Pero el amplio litoral marítimo no solo implica
la pesca, sino también la explotación de hidrocarburos en el lecho marino. La
misma situación se da en torno al litoral atlántico de Santa Cruz. En el
extremo sur comienza a explotarse hidrógeno verde. El futuro de la Antártida es
un punto controvertido, pero no cabe duda de que es un amplio reservorio de
todo tipo de riquezas minerales.
Sobre la frontera oeste de la Argentina, en Neuquén
se encuentra el yacimiento de Vaca Muerta, que hoy ocupa un lugar central para
el futuro del país. En Mendoza se desarrolla la minería, como es el caso del
potasio. San Juan ha sido precursora en esta materia, con minerales diversos,
entre los que se destaca el oro. La Rioja tiene una gran riqueza minera, cuyos
proyectos de explotación se remontan a la gobernación de Facundo Quiroga. En Catamarca,
Jujuy y Salta aparece el litio, insumo fundamental para las baterías, y en
particular para los autos eléctricos.
Sobre el noreste se encuentra el Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo. Luego está la
Hidrovía por la cual sale al exterior la mayor parte de la producción
agropecuaria argentina y de los países de la región.
En esta área resulta relevante el rol de la
política de defensa. Es que proteger este interés es vital. El despliegue
militar –dónde están ubicadas las unidades– tiene este sentido y el último
ejercicio militar realizado en octubre ha tenido por objetivo la defensa
hipotética de los recursos naturales. Los ejercicios militares binacionales y
multinacionales son hoy, a nivel global, un instrumento cada vez más importante
de la diplomacia.
La Argentina ya no es solo el país de los
alimentos, aunque estos han tenido un lugar central en el desarrollo histórico
del país y lo seguirán teniendo en el futuro.
En segundo término, sobre esta realidad,
que puede ser denominada “geoeconómica”, se articula la geopolítica. Para
el país, tiene tres ejes o direcciones. La primera es sobre el Atlántico, donde
juega un rol fundamental la costa patagónica y la producción antártica.
El segundo es el eje Atlántico-Pacífico, es decir,
la conexión horizontal que resulta fundamental en momentos en que la expansión
de Asia adquiere creciente gravitación.
El tercer eje es hacia el norte y es la dimensión
sudamericana. Desde el Ecuador hasta Tierra del Fuego, el centro está en el
norte de la Argentina, y desde la Quiaca hasta el territorio fueguino, el
centro está en Buenos Aires. A su vez, el centro de la Quiaca al Polo Sur está
en Ushuaia. Articular los tres ejes con los intereses que se generan en forma
creciente alrededor de los recursos naturales, implica alinear la geoeconomía
con la geopolítica.
"Argentina es
el país de la región con mayor capacidad en el área nuclear y satelital"
En cuarto lugar, las exportaciones
argentinas deben articularse con la política exterior. Sobre la base de
información del Indec, en lo que va de 2023, lo que llamaríamos Occidente,
representado por la Unión Europea y Estados Unidos, ocupa el segundo y tercer
lugar de las exportaciones argentinas. Por otra parte, en la región Brasil
ocupa el primer lugar y Chile el quinto y Perú el octavo. China ocupa el
cuarto, pero India y Vietnam están también entre los siete mayores mercados de
la Argentina en este momento. Esta visión es fundamental y quizás el país tenga
que asumir que las áreas donde tiene más potencialidad para llegar con sus
exportaciones sean los llamados “mercados no tradicionales”.
Por último, está el papel de la ciencia y la
tecnología. Argentina es el país de la región con mayor capacidad en el área
nuclear y satelital. También es el país que más ha trabajado con la NASA, la
agencia espacial de los Estados Unidos. Ha exportado reactores nucleares a
Australia, Egipto, Perú, Argelia y está construyendo uno en Países Bajos. Este
año ha vendido radares a Nigeria. Esto es consecuencia de una larga
continuidad, donde convergen organismos estatales como la Conae (Comisión
Nacional de Actividades Espaciales) y la CNEA (Comisión Nacional de Energía
Atómica), con una empresa estatal provincial de singular éxito en el mundo, que
es el Invap, y empresas privadas del área satelital. Quizás en el largo plazo
sea lo más relevante, dado que la carrera espacial se va transformando en el
tema más importante de la humanidad. En esta área resulta clave el tratado
firmado este mes por la Argentina y Brasil sobre cooperación en el ámbito
nuclear y biotecnológico. Es una área en la cual una política común y
convergente resulta no solo prioritaria, sino necesaria.
En síntesis, la política exterior argentina tiene
que asumir que el mundo se encamina a una relación de poder más multilateral
que bilateral, frente al cual resulta relevante articular la política exterior
con los intereses en torno a los recursos naturales, los ejes de proyección
geopolítica, el destino de nuestras exportaciones y el desarrollo de nuestras
capacidades en ciencia y tecnología. Pero en lo inmediato, la Argentina tiene
que manejar sus urgencias entre Washington para gestionar los préstamos del
FMI, y Pekín, cuyos yuanes convertibles a dólares en nuestras reservas resultan
vitales para evitar una crisis cambiaria en el corto plazo.
Nacido en Buenos Aires, el 3 de agosto de 1952. Abogado egresado de la
Universidad Católica Argentina. Analista político, periodista e historiador. Es
miembro de la Academia Argentina de la Historia, de la Academia Nacional de
Ciencias Morales y Políticas, del Consejo Argentino de las Relaciones
Internacionales (CARI), del Consejo Académico de la Escuela de Defensa Nacional
y del Instituto de Historia Militar Argentino. Recibió el premio Konex en
Comunicación Periodismo (1997) y el premio Santa Clara de Asís (2005). Ha
publicado 38 libros sobre temas históricos, políticos militares y regionales.
Ha sido condecorado por los gobiernos de Brasil, Chile, España e Italia.
Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría y del sitio www.nuevamayoria.com
especializado en análisis latinoamericano.